Estampas de Navidad

 

Estampa 2.- EL BELÉN

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¡ Ya es hora de poner el Belén! Ya está el papá en casa para dirigir la operación y las obras hidraulicas del río, la noria, el molino y el estanque de los patos.

Elementos

Musgo y acebo.- Los compra la mamá en el Mercado, el musgo bien verde y frequito y el acebo a ser posible bien lleno de bolitas rojas. Llegan a casa envueltos en papel de periódico y ya hay que ponerse manos a la obra.

Cesta con las figuras del Belén.- Esta cesta pasa todo el año en el estante más alto del «cuarto oscuro». LLegado el momento el papá se encarama y la baja y al abrir la tapa allí las tenemos, envueltas también en papel de periódico, las figuras del Belén, las casitas, el Palacio de Herodes, los trozos de corcho que formarán el portal y los riscos, el pliego de papel azul del cielo y las estrellas.

¡Ya lo tenemos todo! ¡Al comedor!

Las figuras son muy bonitas. La mamá las ha ido comprando en una tienda de la calle Chapitela, Casa Lange y ya contamos con la pastora con la gallina colgando, la lavandera, el pastor que lleva miel, el que toca la zambomba, a parte claro de las del Nacimiento y los Reyes.

Entre miles sería capaz de identificar las figuras de aquel Belén que pasaron los años guardadas en la misma cesta siguiéndonos en los traslados de domicilio.

A la calle Arrieta aún llegaron porque el papá, que ya era abuelo, montaba un pequeño Belén en el mueble de la entrada. Posteriormente no se qué fue de la cesta.

Montábamos el Belén al estilo clásico. Primero arrimamos la gran mesa del comedor a la pared. La cubrimos para proteger la madera con bien de periódicos. (me estoy percatando de que bien aprovechábamos los periódicos)

Ya empezábamos a colocar el musgo, bien distribuido y con el corcho armamos el portal y los riscos tras los que colocaremos el Palacio de Herodes.

Con arena o piedrecitas trazamos los caminos y el tema de aguas como el río o estanque de los patos lo solucionamos con trozos de espejo rotos. No había tanto papel de aluminio.

Sobre el portal el Ángel que era muy bonito pero se empeñaba en caerse.

En un extremo los Reyes Magos a los que cada día haremos avanzar un pequeño tramo.

¿Qué falta? Lo que más ilusión nos hace, la nevada, la nevada de harina y lo que más le gusta al perito en luces, el papá, conseguir bien los empalmes de las tiras de bombillitas multicolores.

Ya no estoy sola, en estas tareas me acompaña mi hermano Iñaki, después se uniría Kiko que por cierto en el tema Belenes merece una entrada a parte: el Belén de los Escolapios.

Y así era. No había llegado ni el espumillón, ni las bolas plateadas y doradas, ni los lazos. ni el árbol.

Es que no hay nada, sólo un Belén.

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